LUIS GUILLERMO PÉREZ CEDRON, “LUCHO ARGAÍN” nació el 20 de Febrero de 1927 en la ciudad de Cartagena. Quedo huérfano de madre a la edad de 6 años, época en la que su familia sufrió un duro revés económico. Por ello se mudaron continuamente hasta que terminaron viviendo en una zona de tolerancia. Para Lucho Argaín ese 1936 fue el primer encuentro con la música cubana, pues era lo que ambientaba cada taberna y burdel del lugar.
Lucho recuerda que en épocas de carnaval en las festividades novembrinas, siguió muy de cerca la labor del trío Matamoros y de la Orquesta Casino de la playa, agrupaciones que en ese momento fueron artículos de lujo para la clase alta de Cartagena. De esa forma se aprendió muchas melodías para cantarlas luego y porque no, recibir de vez en cuando algo de dinero. El resto de su niñez lo pasó realizando mandados y escondiéndose de la policía, pues a los menores de edad nos los dejaban transitar por esos “sitios de perversión”.
La familia de Lucho estaba conformada por 10 hermanos de los cuales solo los mayores pudieron estudiar un poco. A los 15 años, edad del amor, su primera novia le envió una carta y el no pudo leerla. Esta fue suficiente motivación para al menos aprender a leer y por ello solicito la colaboración de una amiga llamada Adriana Peña, que tenía un pequeño centro de enseñanza para muchachos.
Sus compañeros de estudio eran niños de 7, 8 y 9 años y a pesar de su “vejez” y la vergüenza que podría darle, no desfalleció en su esfuerzo, con la venta de periódicos que era su nuevo trabajo, logro conseguir algunos textos de estudio. Al poco tiempo se inscribió en una escuela formal para segundo grado con la ayuda de su padre y una gran insistencia por parte de él.
En 1944, cuando tenía 17 años, por recomendación de un amigo, se enroló en las filas del ejército, en donde compuso dos canciones para llevarle serenata a la prometida de un compañero “Ana Leonor” y “Eres mala conmigo”. Estas fueron sus primeras composiciones Luego de salir del ejército y conseguir su libreta militar, conoció a Julián Machado Castilla, un invidente.
Lucho decidió una noche servir de lazarillo al ciego Julián para aprender a tocar las maracas. Ese acto de aparente simplicidad con un hombre que se ganaba el pan a cambio de una canción llevaría a Argaín en pocos años a la cúspide del repertorio musical del Caribe Colombiano.
Después de recorrer en su infancia las polvorientas calles de la heroica dedicado a las ventas de pescado frito, periódicos y comestibles, Lucho Argaín, a la edad de 18 años, al terminar el servicio militar, decidió ser músico y la única escuela que se abría a su paso era la del ciego Machado, a quien había conocido como juglar en el mercado de la ciudad.
Obstinado en aprender a tocar las maracas como lo hacían en la radio los Interpretes de Don Américo y sus Caribes, Lucho opto por servir de Lazarillo a Machado y acompañarlo en todas sus incursiones musicales en los buses, canoas y cantinas de la ciudad Amurallada.
Argaín no aprendió a tocar las maracas, pero si se contagió de esa calidad innata, casi mágica, para componer temas musicales en la descomplicada cotidianidad de los hombres del trópico.
En 1945 el ciego y su lazarillo decidieron participar en un concurso de intérpretes aficionados que promocionaba la emisora Barranquillera “Radio Variedades”. El éxito fue categórico y ambos decidieron unirse para grabar un disco.
A pesar de la pobreza, con los pocos ahorros que les había dejado su diario deambular por Cartagena, quisieron hacer realidad su sueño y regresaron a Barranquilla para trabajar en el ya legendario sello “Curro”. Allí nacieron y grabaron temas como “Las Cosas de Goya” inspirado en una vendedora de fritangas del mercado cartagenero que enamoraba a los peloteros que por la época militaban en el campeonato de beisbol de la costa colombiana y que desde niño, había inquietado Argaín.
Después vinieron los temas “Si la vieran” y “Yo la vi” los cuales fueron grabados en 1957 y alcanzaron un éxito importante.
En 1957 Argaín conoció a Kike Bonfante, compositor y músico, quien le presentó al también cartagenero Antonio Fuentes, fundador en 1934 de Discos Fuentes. Don Antonio se enteró del trabajo de Argaín y acogió sus composiciones. En consecuencia, sus temas fueron interpretados por artistas de la calidad de Daniel Santos, Pedro Laza y Cesar Castro.
Un día Cesar Castro no pudo asistir a una de las grabaciones y Fuentes determino invitar a Lucho para que cantara sus temas. Para ello eligió cuatro rancheras. Como las canciones tenían como destino el mercado mexicano y en ese país ya había un cantante llamado Luis Pérez Mesa, para evitar confusiones Don Antonio decidió cambiarle el nombre por el de “Lucho Argaín”.
En 1962 cuando la Sonora Dinamita se desintegra Lucho Argaín comienza a trabajar con Los Corraleros del Majagual. Con Eliseo Herrera, Calixto Ochoa, Cesar Castro y Alfredo Gutiérrez, conformó al grupo tropical colombiano de mayor acogida en el país y exterior en la década de los 60´s.Con Los Corraleros interpreto canciones como: No me busques y Porro bonito.
En 1965 se asocio con Alfredo Gutiérrez y los contrata la disquera Sonolux. Por un mal entendido se distanció de Gutiérrez y determino retirarse de la música para dedicarse al comercio, en esta actividad fracasa y después de un lustro de inactividad artística, acudió otra vez a su profesión, en este caso como director de un trió de cuerdas que amenizaba las noches en los clubes cartageneros.
Finalmente en 1977, es cuando lo buscan los hermanos Fuentes para formar otra vez a la “Sonora Dinamita”.
Lucho Argaín es un hombre que se superó peldaño a peldaño, y que piso fuerte en la historia de la música tropical de Colombia. Llevando su folclor a múltiples fronteras, un hombre llamado cumbia, porro y música tropical. El inolvidable Lucho Argaín, su historia evidencia ese esfuerzo de superación y gran talento.
